Archivo mensual: agosto 2008

Mi respuesta a la respuesta de mis eurodiputados

Hola, culebrillas.

Así puesto casi parece un trabalenguas, aunque en realidad se trata sencillamente de eso: mi respuesta, humilde pero cabreada, a otra respuesta. Concretamente a la que esperaba mi correo del día 9 de julio pasado, segundo que hice a los eurodiputados españoles a raiz del tema de las enmiendas torpedo. En dicho correo les animaba a dar la cara, explicar su postura, en función de la cual yo adoptaría la mía propia para unas futuras elecciones europeas.

Pues bien, tras casi dos meses la respuesta ha sido esta: {Ø}. O lo que es lo mismo, conjunto vacío, nada de nada, silencio. Éste es el respeto y la educación que tienen ‘mis’ representantes europeos. De ese grupo de impresentables sacacuartos ombliguistas caballeros he de salvar (por su actitud ejemplar para con sus compañeros, preocupándose de responder con prontitud y claridad, tal y como ya indiqué en mi anterior post) a David Hammerstein, eurodiputado de Los Verdes. El resto… sabandijas políticos incapaces de responder a uno de sus propios conciudadanos, de sus votantes. Estos señores, muchos de ellos de ‘renombre’ y de diversos partidos (Jaime Mayor Oreja del PP, o Josep Borrell del PSOE, entre otros), son los culpables de que en las siguientes elecciones europeas el partido en el que militan a día de hoy no tenga mi voto. Así de sencillo: no voy a votar a gente que me ignora. Sí, señores del PSOE, decapiten a Josep Borell (junto al resto de otros eurodiputados de su partido), si por un solo voto no consiguen ganar en las proximas elecciones europeas: sepan que ese voto ausente será el mío. Y lo mismo les digo a los del PP, a Jaime Mayor Oreja y al resto de sus compis.

Muy señores míos, acaban de pasar al lado oscuro. Olvidense de mí para los restos: al menos, mientras ustedes estén en sus cargos jamás, y digo JAMÁS, les votaré. Ahora mismo les acabo de enviar la respuesta siguiente:

Muy señor mío.

En un correo electrónico anterior (concretamente del día 9 de julio de 2008) le he pedido su colaboración. Como ciudadano español y votante he deseado escuchar su opinión y pedirle su apoyo ante una situación que muchos de nosotros, también conciudadanos suyos, consideramos en extremo preocupante.

Su respuesta ha sido el silencio.

Desde este mismo momento le aviso que ha perdido mi voto para unas futuras elecciones europeas. De igual manera difundiré entre mi círculo de contactos su irrespetuosa e irresponsable actitud, para que otros ciudadanos de a pie conozcan la vergonzante manera de actuar de usted como eurodiputado español.

Atentamente le saluda,

Francisco Ruiz Fernández.

Por supuesto que no espero reacción alguna por su parte; reacción que en todo caso será tardía: agua pasada no mueve molino. He tomado la decisión: un político que reacciona tarde ante un problema tan serio como la libertad de sus representados no es un político digno de confianza.

Un saludo a las culebras y a los eurodi-puta-dos que les vaya bonito.

Navajita voladora

Hola, little snakes.

Antes de abandonar estas vacaciones y regresar al curro (y realmente temeroso de la mierda y MAL ROLLO que allí me espera) una pequeña historia que puedo contar de primera mano: los viajes de una pequeña navaja en un mundo de máxima seguridad.

Hace algunas semanas muchos de vosotros habreis leido las andanzas de una peligrosa arma destrucción masiva (o al menos aerea): la de la camiseta en la que aparece dibujado un Transformer portando un arma. Podeis pulsar ese enlace para saber de qué va el tema si no lo sabeis, pero en resumidas cuentas la historia va de un chico, en un aeropuerto inglés, al que le obligaron a quitarse una camiseta en la que aparecía un Transformer esgrimiendo un arma. Quien esgrimía el arma era el Transformer, no el chico. Y sí, el Transformer y el arma estaban dibujados en su camiseta. Vamos, que el peligro lo constituía un monigote feo impreso sobre algodón-poliester.

Surrealista, por no decir ridículo. (Vaya, ya lo dije.)

Pues bien, esa es la seguridad y la paranoia que hay en algunos En este punto entra mi fabulosa navajita voladora. En primer lugar os la presento:

Navajita volatora

Muy marinera ella, como mi tierra. Presiosa también, y con un filo MUY afilado, puedo dar fe de ello.

Pues bien, ahí donde la veis ha viajado y atravesado la seguridad de dos aeropuertos (que por hacerles un favor no mentaré) sin que nadie dijera nada. La primera vez, lo admito, entró sin que yo lo supiera: vamos, que la llevaba en la mochilita sin que yo lo supiera. Mejor dicho, sin que me hubiera acordado de quitarla de ahí y dejarla en casa. Así, por despiste, pasó conmigo como equipaje de mano, e incluso atravesó el arco de deteción del aeropuerto… sin que nadie se enterara. La sorpresa que me dió al llegar a mi destino y verla ahí, en el fondo de mi mochilita, junto a mi libro, mi pincho USB, mi PDA y mi receptor GPS (así puesto parece que soy un geek, pero no: mi sueldo no me permite ser uno de verdad). Pero bueno, una vez allí mi navajita y yo nos dispusimos a disfrutar.

Pasó el tiempo y llegó el día del regreso. Me dije que la navaja estaría mejor, en vez de en mi mochilita (y dado que por diversas circunstancias compañía lo de facturar iba a ser un lío), en la maleta. Así, si la pillaban los del aeropuerto, sería solo sacarla y deshacerme de ella profiriendo una maldición gitana a quien osara quedarse con ella 😀 Pero para mi sorpresa tampoco la descubrieron. Así que aquí la tengo, de vuelta sana y salva: tan pequeña, tan bonita, superando los controles de seguridad de dos aeropuertos. Menos mal que no me dió por sacarla en vuelo y amenazar a la tripulación pidiendo que nos llevaran a… a… joder, si ni siquiera sabría adónde enviar el avión 😛

Si así es la seguridad de los aeropuertos no comprendo cómo no suceden secuestros todos los días, o la menos cada vez que alguien quiere de veras cometer uno de esos crímenes. Eso sí, y hablando también de seguridad: es del manual del perfecto terrorista el que todos los venenos y gases mortales deben ser envasados en contenedores de mas de 100 c.c. Ningún malvado terrorista nunca pensaría que en ese diminuto y legal bote de 80 c.c. puede meter un producto biológicamente peligroso, o alguna otra de esas maldades suyas.

Aich, estos jodidos humanos, con su incompetencia genética, su egoismo también genético y su estupidez heredada. Lo que hacen algunos de ellos con tal de que otros congeneres se vean obligados a comprar una puñetera botella de agua en las zonas de ‘dutifri’ de turno.

Humanos.

Adios, culebras.

La porra de la revolución

Hola, culebrillas.

No, no hablo de que haya una revolución que sea una porra, no. En principio debería admitir que el término ‘revolución’ quizá sea mucho decir, sobre todo teniendo en cuenta que cxon esa palabra lo primero se me viene a la cabeza sea la francesa (lo único útil de verdad que hicieron los gabachos, pero quizá un poco demasiado radical). Yo, en esta ocasión en vez de revolución hablaría de protestas, un salir a la calle de gentes, más que cabreadas, desesperadas e impotentes.

Ah, que os preguntais de qué hablo, claro 😛 Os lo explico. Ya lo he dicho medio broma, medio en serio en el curro, e incluso en meneame.net: creo que se va a montar la gorda en febrero del año que viene. ¿Que qué gorda? Pues la que se me parece a mí que se está cociendo gracias a esa crisis galopante que recorre el país. Sospecho que en febrero del año que viene la olla a presión va a estallar en forma de manifestaciones (por decir lo más suave) y, conociendo nuestra forma de ser con más de una carrera delante de los deseerebrados antidisturbios. Vamos, cosas inútiles como las manifas esas antiguerra de hace cosa de ¿seis? años. Inútiles no porque la gente no tenga más o menos razón en lo que piden (eso que quede claro, que cada cual tiene derecho de manifestarse en contra de lo que le de la santa gana) sino porque en nuestro sistema de gobierno esas muestras de ‘poder’ de poco valen. Al contrario, muchas veces dan risa.

Oño,  que me voy por las ramas. A lo que iba: la porra. Que va un euro a que en la primera semana de febrero se empieza la gente a mover de muy mala leche.

¿Porqué esa fecha?

Pues es una elucubración mia, nada más, a ojo de mal cubero. Procedo a explicarla:

  • Es agosto y acabamos de cobrar la paga extra. La cosa pinta mal pero como nos ha pillado un poco por sorpresa (bueno, a mi no, pero es que yo soy muy listo 😛  No: hay que ser pero que MUY GILIPOLLAS Y CIEGO para no ver que esto se avecinaba) aun no nos preocupamos de verdad.
  • Luego vienen seis meses de ver cómo el sueldo llega cada vez más justo, de contemplar horrorizados que el Euribor se mantiene, sin bajar, si es que no sube todavía más. Pero aquí está la paga extra de verano, para hacernos flotar esos meses más o menos bien.
  • Aguantaremos asfixiados, pero aguantaremos. Miraremos con odio al jefe, que a su vez nos llorará diciendonos que las cosas van mal, cuando para nosotros desde hace años que no hay diferencia entre si el país va bien o el mal: nuestro sueldo siempre ha estado igual, antes y ahora. El muy cabrón -del jefe- no dirá que en los tiempos de bonanza él se quedó con todos los beneficios, sin repartir nada. Sin embargo ahora insinuará que a la hora de apretarse el cinturon deberemos ‘hacerlo todos’. Vamos, en plan ‘juntos para lo malo, que para lo bueno conmigo mismo me vasto’.
  • En diciembre llegará la paga de navidad con su respiro económico… y la locura consumista. Porque seguro que sí: por muy mal que esté el panorama, el españolito medio, inconsciente, seguirá comprando con ese espíritu psedocristiano de mierda (ya me sale la vena anticristiana, que me pierdo, 😀 ). A lo que iba: el españolito, incluso en medio de la crisis, se gastará buena parte de la paga en regalos y comilonas. Al fin y al cabo, ‘es navidasssssss‘.
  • Y ahora la matamos: que llega la cuesta de enero. La resaca de realidad de las navidades, la bofetada al bolsillo de todos los años. Sólo que este año es una bofetada con carrerilla y puño americano, y nunca mejor dicho: de agosto a ahora ha ido creciendo el paro y la morosidad, el consumo interno enfriándose (o puede que ya directamente congelándose), los lamentos del jefe se han tornado en despidos o intentos de bajar los sueldos (a lo que algún pardillo picará). Hasta ahora se había aguantado de malas maneras, la paga extra de verano se había estirado lo más posible hasta diciembre. Pero esa paga se acabó, y la recién llegada de enero se ha ido de la misma manera que ha llegado.
  • En ese momento veremos que ni siquiera con esa inyección de efectivo se evitan los negativos a fin del mes de enero. Y nos encontramos todavía en enero. Aún queda febrero, marzo, abril… La quiebra amenazará a varios miles de casas más.
  • Ese es el momento en el que la gente creo que saldrá a las calles. Muchos ya lo hicieron por no poder encontrar una casa digna y a un precio razonable. ¿Que pasará ahora, cuando no es un tema de salir de casa de los padres, sino que que los propios padres no tengan para alimentar a sus familias al mismo tiempo que se paga la condenada hipoteca? Habrá que salir a las calles, aunque sea para mostrar tu impotencia y desesperación. Quemar unos cuantos contenedores alegra el día, también mola reventar tiendas en Gran Vía (arrasemos la tienda donde se vende el símbolo yupi e incongrunte de hoy en dia; quememos Timofónica y comámonos los iPhones).

Weno, eso es más o menos la base de mi razonamiento para esta porra. ¿Tienes tú otro? ¿Te animas a participar de La porra de la revolución? Venga, deja tu apuesta en un comentario, o haz un ping desde tu blog con tu propuesta, o algo similar. Pero también ten seguro que, te unas o no a esta porra ridícula, todo dará igual: el mundo seguirá rodando hacia su destrucción leas o no leas este blog de mierda, respondas o no a esta entrada.

Y al final ten seguro que, pagues o no pagues impuestos, morirás… y flotarás. Porque ya lo sabes: en el fondo todos flotan, y hay luces frías que dan miedo. Ya se me vuelve a ir la pinza 😛 Eso es otra historia, una para no dormir.

Adiós, culebrillas. No molesteis mucho al pobre Charlón Gestón.

El juego de las diferencias

Hola, culebras.

Ayer pusieron película en la tele, en el bodrio canal de Cuatro, la película de Las normas de la casa de la sidra. Dado que no me interesaba lo más mínimo me puse a fisgar por internext… y me encontré con un precioso juego de diferencias entre la página de la wikipedia dedicada a este filme, y la de la película en la web Zinema. Ahora, dado que seguro que alguno se aburre, le propongo este presioso juego. ¿Cuales son las diferencias? ¿No lo sabeis? Venga. Tic, tac, tic, tac.

¡Que pasa el tiempo!

¿No? Ale, os lo pongo facil: son éstas. Vamos, que han plagiado, fusilado tal cual los contenidos de Zinema (admito que desconocía esa web hasta hace unos instantes 😛 ), añadiendo algunos enlaces y eliminando otros. Qué bien se lo curran a veces en la wikipedia… Pero además, buscando un poco en internext, se descubre que la susodicha información está incompleta (no, no indicaré aquí esas faltas, que no voy a hacer todo el trabajo).

Una pena, sí señor. Qué gran herramienta es la wikipedia, pero qué mal se rellena a veces. Lo malo es saber que en demasiadas ocasiones hay que ponerse a deducir el grano de la paja.

Ale, ta lueguito, que sigo de vacas. Yupiiiiiiii 🙂

PD: Pero ya me queda muy poco 🙁