Archivo mensual: mayo 2011

¿Se acerca el momento decisivo? 15 de mayo de 2011

Hola, reptiles.

Hace tieeeeeeeeeempo ya hablé de una porra revolucionaria (por supuesto el número de participantes en dicha porra fue diréctamente proporcional al seguimiento de este blog 😛 ). Han pasado los años y parece ser que ahora sí que se mueve la gente. ¿Qué ha hecho falta para que algunos salten? Aquí van una lista, ni de lejos exhaustiva, de las posibles razones:

Estas y muchas más cosas han movilizado a una parte de la población. Mientras, buen parte del resto les hace el juego a quienes les explotan y sólo se preocupan del enésimo clásico (sin darse cuenta de que esa panda de millonarios sobrepagados se ríen de sus miserias), por las interioridades de piltrafas humanas o de intoxicarles haciendo que ataquen a quienes, más que menos, tratan de que mejoren sus condiciones (aunque a veces la caquen y bien).

Pero, como he dicho, la cosa cambia. Un movimiento ciudadano y no vinculado a ningún partido político ni sindicato se prepara para salir a la calle de manera coordinada: ¡Democracia real ya! El próximo 15 de mayo, a siete días de una nueva tomadura de pelo llamada elecciones municipales, empieza el pulso entre esos ciudadanos anónimos y la corrupta y endiosada clase política que se deja manipular por los bancos. En Madrid esa clase política se ha dado cuenta de que no los puede callar así a las bravas; en Toledo los políticos ha decidido que las protestas ciudadanas contra banqueros y los políticos no deben salir a la calle (así son ellos de listos, incapaces de pensar que esa actitud bien puede suponer de manera automática la pérdida de votos de todos los manifestantes).

Por fortuna en Madrid, como digo, la manifestación va a efectuarse. Y habrá que ir: día 15 de mayo a las 18:00 de la tarde desde Cibeles a Sol. A abultar. A protestar. A exigir que rueden cabezas.

¡democracia real ya!

Yo voy. Porque quiero una democracia de verdad ya mismo.

Un saludo.

Robert J. Sawyer – Starplex

Hola, culebrillas.

De este autor canadiense, Robert J. Sawyer, ya había leído algún que otro relato (sobre todo en los U.P.C.), pero ninguna novela. Así que cuando me encontré esta obra de raro nombre, Starplex, a un precio realmente bajo (tres euritos) no lo dudé. No conocía la editorial ni la colección, lo cual de entrada me daba un poquillo de miedo: a ver si se trataba de una edición cutre con una traducción googleada o similar. Pero por fortuna no acerté: hay algunas erratas pero nada grave.

El inicio de la novela recuerda un poco a las de Robert L. Forward, con sus diagramas orientativos, si bien en esta ocasión no acaban de aportar nada especialmente interesante a la novela. Ésta empieza de manera algo torpe, con un uso de cursiva y un flashback que no me acaban de convencer: la secuencia de hechos y la manera gráfica de identificarlos (cursiva para ‘lo más actual’ y tipografía normal para el flashback) al principio me hizo dudar de si se narraba uno, dos o tres momentos de acción distintos.

Salvando esos detalles pijoteros la novela arranca más o menos bien, planteando una doble intriga. Pero por desgracia a medida que se avanza una de las dos incógnitas (la que se plantea en la sección de cursiva) parece quedar olvidada por el autor. Mientras tanto la sección ‘no cursiva’ se prolonga en lo que se asemeja a un episodio de la serie clásica de Star Trek, con un Kirk discutiendo con una mezcla de Spock con rasgos klingon. El spoiler inicial que se marca la propia novela hace que lo que quizá intentó el autor fuera un momento álgido se convierte en algo así como ‘sí, que sé que va a pasar esto: adórnalo bien para que no me aburra’.

Por fortuna al final la novela retoma el ritmo y nos plantea un escenario final realmente jugoso, incluso grandioso (por la escala). Se acaban las páginas y me queda un sabor agridulce, como de una historia con un buen trasfondo, una idea base muy buena, pero mal llevada. Habrá que intentarlo con otra obra de este autor, a ver si mejora.

Al final la pongo un siete justico, dado que un seis me parecería poco.

Un saludo.