Robert E. Howard – Las extrañas aventuras de Solomon Kane

Hola, ofidios.

Hasta ahora, en lo relativo a Howard, me había centrado sólo en Conan. Pero ya era hora de cambiar de personaje. Aprovechando la película que se rodó hace no mucho, Valdemar ha publicado este tomito con todos los relatos que Howard le dedicó a este puritano cafre.

Según pone en la introducción (a cargo de míster engreído-prepotente-sobrao, que también se ha encargado de la traducción) a los textos originales de Solomon Kane se les ha dado a lo largo de la historia cierto lavado de cara, eliminando aspectos y expresiones que con el tiempo han entrado en lo ‘políticamente incorrecto’. Esta edición que he leído se supone que es fiel al texto original. Al menos sí que se leen varios detalles de corte racista que me recuerdan en cierta medida a los de Lovecraft.

Pero vayamos a los textos que incluye el libro.

  • ‘Cráneos en las estrellas’ es un relato sencillo y de desarrollo lineal, al que buena falta le haría un giro argumental o alguna sorpresa final. Le otorgo un 5 raspado.
  • ‘La mano derecha de la maldición’ parece una revisión literaria del film Las manos de Orlac. El relato adolece de excesivas explicaciones finales, que empañan un final previsible. Se lleva un 4.
  • ‘Sombras rojas’ no tiene nada que ver en cuanto el desarrollo de la historia con ‘Clavos rojos’, uno de los mejores relatos de Conan, por mucho que su título parezca indicarlo. Sin embrago el texto sí que tiene cierta relación, en lo que a ambientación se refiere, con algunos del cimmerio. En este relato, además, se da la casualidad de que la manera en que Howard describe a su héroe me recuerda mucho a la forma en que Moorcock hace lo mismo con Elric: una criatura extraña, de mirada dura y melancólica, de piel pálida; un individuo anclado en un código moral demasiado estricto (quizá trasnochado) y con una actitud que hace que quienes le rodeen le rehúyan. Otro detalle curioso (y que se irá repitiendo en otros relatos) es la aparente memoria atávica de Kane. Me recuerda a lo que más adelante sería Erekosë. ¿Se inspiró Moorcock en este detalle de Kane para crear su campeón eterno? Ni idea. Pero lo que importa es que el resultado final del relato es muy satisfactorio, mereciendo un 8.
  • Con ‘Resonar de huesos’ regresamos a la idea subyancente de Orlac. Y huele. Además el texto tiene un detalle demasiado torpe (rotura de la cadena) que ya te dice cómo va a acabar. En resumen, un texto muy poco original que se lleva un triste 4.
  • La historia de ‘Luna de calaveras’ es la más extensa de todo el libro. Y por desgracia de nuevo tiene un cariz lineal. Todo está metido a piñón fijo, para que encaje y lleve al héroe a un único destino. Los acontecimientos se suceden uno tras otro de la manera más apropiada para que todo acabe como debe hacerlo. Para colmo nos encontramos con una apoteosis final en exceso oportuna. Sin duda en aquella época (años 20-30 del siglo XX) ese tipo de finales apoteósicos debían resultar muy efectistas y cautivadores, pero ahora quedan trasnochados y demasiado forzados. Algo positivo en el texto lo hayamos en la atmósfera lovecraftiana que lo envuelve en una buena parte de su extensión, detalle que yo (fan del de Providence) agradezco. Le pongo al relato un 6.
  • Ahora le toca el turno a ‘Las colinas de los muertos’. De nuevo en relato con el espíritu de Conan, y que posee una escena final muy jugosa, con los buitres haciendo acto de presencia. Se lleva un 7.
  • ‘Alas de la noche’ repite casi el inicio de ‘Sombras rojas’, presentándonos a Kane como un justiciero vengador siempre dispuesto a castigar al malvado. Pero a medida que avanza esto cambia del ‘corre que te pillo’ al ‘en un tiempo pasado ocurrió esto’ muy lovecraftiano. Por desgracia los malos no me acaban de gustar, apareciendo mal dibujados, demasiado tópicos. Algo en ellos me da la impresión de no haber sido bien pensados. Lo peor llega al final de la historia, cuando demuestran ser tontos de remate. Le pongo un 6 al relato.
  • En ‘Los pasos en el interior’ una vez más nos encontramos con Conan, en un relato divertido pero demasiado sencillo, lo que le otorga un 6.
  • Tras estos relatos de Kane aparece el único relato que escribió Howard de Sonia ‘la roja’, la que luego se convertiría en el cómic en Red Sonja. Nada tiene que ver el personaje de Howard con el de los tebeos. El relato en cuestión se titula ‘La sombra del buitre’ y, casualmente se puede decir que es el mejor de toda la recopilación. Una historia que engancha, carente de elemento fantástico pero rebosante de acción y tono épico. El carácter pendenciero, independiente y rabioso de la Sonia de este texto destaca sobre el resto de personajes, bastante planos y manidos. Ignoro cuánto de real hay en las descripciones tanto de la Viena del siglo XVI como de la corte de Solimán, pero el resultado es creíble, colorido y agradable. Le pongo un 8 alto al relato.

Concluyendo, la recopilación de cuentos tiene sus altibajos, pero en conjunto se lleva un 6 raspado.

No quiero olvidarme de hablar de la portada del volumen, la ilustración de Juan Antonio Serrano García: no tiene absolutamente nada que ver con ninguno de los ocho textos protagonizados por Solomon Kane. Pero ni de lejos. Hay lectores, sobre todo jóvenes, que esperan que la portada represente una escena (o el espíritu) del libro que presentan. Pues bien, si esperaban descubrir qué eran esas criaturas purpureas se van a quedar con las ganas. Parecerá una chorrada, y para muchos lo será, pero a mí me demuestra una falta de respeto tanto al autor (no se han molestado en plasmar algo de la obra) como al lector (por lo que he dicho antes). Ya como impresión personal de la portada, me parece un dibujo extremadamente rígido, sin vida: me recuerda a los momentos más chungos de Ernie Chan, de cuya muy reciente muerte me acabo de enterar al hacer la búsqueda para poner este enlace. R.I.P.

Un saludo.

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