Hola, culebrillas.
Tal y como dice el muy descriptivo asunto de esta entrada, a lo largo de los años he generado un ligero exceso de libros: se amontonan de manera ya bastante preocupante en las estanterías. Así es que he decidido deshacerme de esos pestiños que sé que jamás releeré, y a los que me niego tenga acceso mi niña (la pequeña debe tener a mano buena literatura, no los bodrios que yo he sufrido 😉 ). Ante la desagradable tarea de deshacerse de cultura (porque aunque se trata de un libro malo, al fin y al cabo un libro es cultura mal que nos pese) tenía unas cuantas opciones:
- Tirarlos a la basura: esa solución me parece horrible, deleznable, y debería penarse con sodomización al estilo de Little Nicky.
- Regalarselos a amigos: ¿soy capaz de encasquetar a un amigo (con gustos similares a los míos) lo que no quiero ni loco? No.
- Regalarselos a un cualquiera: osea, bookcrossing.
Así que he optado por esa tercera opción. Ya tengo mi cuenta y en unas pocas horas liberaré mi primer libro. A ver si de aquí a un rato he puesto en alguna barra lateral un icono con un enlace fijo a esa dirección.
Mientras podéis seguir leyendo alguno de los minirrelatos de los blogs que aquí alojo, o navegar por otro sitio.
Un saludo.