¿Cómo estamos, culebras?
Se me amontonan varios viejos Novas y dado que la economía no está para muchos trotes mejor devorar la pila a que ella devore mi flaca cartera. Así que otra vez a coger un libro polvoriento.
De la Tepper no había leído nada hasta ahora, y la verdad es que con esta novela me quedo con ganas de obtener más de ella. Despertar narra el fermento de un cambio, de una revolución en un extraño y olvidado planeta. Se trata de un mundo en donde los hombres han olvidado su antigua gloria retrocediendo a una etapa medieval. Así, varados en ese planeta y torpemente adaptados a su ecosistema alienígena, viven unas existencias llenas de trabajo y temor religioso. Adoran, y al mismo tiempo detestan, a unas criaturas aladas, en torno a las cuales han erigido sus creencias religiosas. Todo esto (religión, ecología y sociedad) se mezcla en esta novela a la que Tepper aporta una perspectiva moderadamente sensible, sin caer en lo ‘sensiblero’.
Como novela sobre todo de personajes, gracias a ellos conocemos diversos aspectos muchas veces contrapuestos de esa única realidad: la visión despegada que aporta el marinero desde la cubierta de su barco; la fanática, retorcida y veces y obtusa de la muy católica jerarquía religiosa; la desgarrada de una hereje, atenazada por el recuerdo de una madre muerta; la rabia de un alado que desea regresar a un tiempo pasado… Todo se junta en un crisol que gana en coherencia a partir del último del libro. Las piezas encajan y, si bien hubiera deseado leer más información de los tiempos pretéritos (me temo que para algo similar, salvando el magnífico MundoRío de Farmer, deberé completar la Saga de la Confluencia de McAuley), resultan suficientes como para quedarse contento.
Tiempo bien invertido en un libro que deja un agradable sabor de boca. La mejor de las alabanzas para un autor: ganas de leer más.