Archivo mensual: noviembre 2010

El examen de la huelga

Hola.

Ha pasado ya casi un mes dos meses de la huelga. La huelga, por si alguno todavía no se ha enterado, se realizó por la reforma que el gobierno supuestamente socialista (pero que en realidad se está portando como de derechas) ha aprobado por decreto ley.

A lo largo de los días que siguieron a la huelga en la inmensa mayoría de los medios de comunicación, por no decir todos, se hizo balance del resultado de la misma. Se la pasó a examen, como se suele decir.

Pues bien, yo no voy a hablar de ese examen. Pero sí que voy a hablar de otro examen, uno vergonzante y que deja a las claras la catadura moral de la persona que lo protagoniza: una profesora de sexto de primaria que, no sólo no secunda la huelga (algo perfectamente válido, ejerce su derecho a ello), sino que escogió ese día, ese preciso día, para ponerles a los niños un examen. Un examen que si no iban a clase suspenderían y cuya nota además contaría para la evaluación. Me pareció nauseabundo en su momento, y me sigue pareciendo nauseabundo ahora, por lo que lo pongo aquí parta que quede constancia de ello. ¿Qué pretende esa maestrucha, coaccionar a los padres para que no hagan la huelga bajo la amenaza de que niño que no acuda a clase, niño se llevaría un suspenso? ¿Así es como defiende su postura, implicando a los niños en algo ante lo que realmente no tienen ni culpa ni capacidad alguna de defensa?

Sólo puedo decirte una cosa, maestra del C.E.I.P. Victor Pradera (Leganés): con esa medida perdiste todo el respeto que te tenía. Soy hijo de maestra de primaria, y por eso sé de sobra el tipo de trabajo que tienes, lo que me hace inconcebible e injustificada tu medida. Vergüenza me das como profesional al manipular a los niños. Pena me da que no pueda hacer que te despidan. Una cosa son tus ideas, otra meter a los niños en ellas bajo amenaza de suspenso.

Adiós.

PD: Sí, al final no puso el examen, pero es se supo el día 30, a toro pasado.

Robert E. Howard – Conan el Guerrero

Hola, ofidios.

Realmente es un gusto leer los relatos de Conan, historias de fantasía sincera y directa, alejada de pretensiones. En esta ocasión, además, las historias e incluídas en este Conan el Guerrero surgen de la pluma del propio creador del personaje, con lo que nos encontramos ante un Conan tal y como lo ideó Howard. Por supuesto eso supone un aliciente más a la lectura.

¿Y qué nos encontramos? De entrada una historia magnífica: ‘Clavos Rojos’. Esta historia nos sumerge en un escenario extraño, decadente y oscuro, con una atmósfera llena de velada amenaza. Casi se diría que con tintes de Lovecraft. No diré más de ella, sólo que (salvando algunas incoherencias) se disfruta de cabo a rabo.

‘Los dientes de Gwauhlur’, por el contrario, nos saca de los interiores decrépitos de una ciudad mastodóntica a la jungla y a unas ruinas en ellas. El relato es un poco más flojo, si bien encaja a la perfección dentro del estándar de la obra de Howard: acción, chicas, magia y muerte.

‘Más allá del río Negro’ quizá suponga el relato más flojo de los tres, si bien tiene el interés de ver una faceta humana del salvaje, sobre todo al final de la historia. Cambiamos pictos por indios, Conan y su compañero por vaqueros y los aquilonios por el ejercito yanqui y tenemos un buen relato del oeste. Entretenido.

Así dicho todo casi parece que el libro decae y que se acaba con cierta desgana, algo que realmente no sucede gracias a que en ningún momento deja de ser ameno.

Puntuación: un justo siete.

Una profecía fallida y una nueva

Hola, culebrillas.

Hace tiempo hablaba de una cosa que podía suceder, y que todavía no ha sucedido: el magnicidio de Obama. Se ve que los americanos son un poco más civilizados (aunque tampoco mucho) de lo que pensaba y no practican el tiro al blanco. Pero no lo puedo evitar y predigo un nuevo magnicidio, en este caso de la disidente birmana esta han liberado hace poco. No sé porque pero no me sorprendería nada que siguiera los pasos de otra mujer que dio caña donde ‘no debía’, Benazir Bhutto. A ver qué pasa en los siguientes meses/años.

Un saludo.

PD: Por supuesto (y cambiando ligeramente de tema visionario) este país de mierda llamado *sp*ñ* ya no se merece ni la más alocada profecía. Simplemente va a convertirse en el miembro norteño del Magreb. Que la gente siga con el Sálvame y con el jurgol, y que cuando se nos venga el país encima ya nos salvarán la Esteban y el CR9 de turno. Porque al fin y al cabo eso es este país: ∑M(ierda descerebrada).

Historia de terror de ya.com

Hola.

Curiosa historia de terror que me he encontrado 😛 navegando por ahí. No conozco 😛 a la persona que lo ha escrito, y como no sé si durará mucho o poco en esa web, lo dejo también aquí.

Nuestra penúltima, que lamentablemente no última, experiencia con ya.com empezó un día que descubrimos que nos habían cortado la línea telefónica. Nosotros teníamos contratada la línea de voz con timofónica (cinco años de antigüedad) y la de adsl con ya.com (otros cinco años de antigüedad). Así, el día en que todo empezó, no notamos nada dado que no nos están llamando a todas horas, y lo sí usamos casi de continuo (la adsl) funcionaba sin problemas.

Sin embargo al mediodía intentamos llamar y vimos que la línea de voz estaba muerta. A mi mujer (la que estaba en ese momento en casa) se le ocurrió llamar desde su móvil a nuestro número de fijo. Y alguien la respondió: una voz masculina, mayor, la pregunto el típico ‘¿Quién es?’. Sorprendida, algo asustada y muy cabreada, llamó a timofónica y les explicó lo sucedido. La respuesta de la operadora resulto tan clara como preocupante: ya.com se había de nuestro número de fijo y se lo había vendido a otra persona, cortándonos la línea. Desde timofónica nos dijeron que subsanarían esto, restaurándonos la línea de voz y entrado en contacto con ya.com para informarles de la incidencia.

Así, al cabo de unas horas ya teníamos de nuevo la línea de fijo. Pero con eso empezó la pesadilla: la línea de adsl se murió. Tratamos de llamar atención al cliente. Primero con un número gratuito que nos dieron con el alta y que, por supuesto, no funcionó. Luego con uno de marcación normal sacado de internet, que tampoco funcionó. Al final acabamos llamando al 902 de turno, y tras veinte minutos de musiquita y ‘manténgase a la espera’ colgamos.

Cansados, asqueados y extremadamente cabreados iniciamos el proceso de alta con otra empresa. La otra empresa se supone que ya se encargaba de darnos de baja de esta panda de desgraciados, pero mientras eso ocurría (para colmo) nos llegó nuestra factura de ya.com y ¡la del nuevo abonado! No sólo nos robaban el número y nos cortaban la línea, sino que además ¡nos pasaban el cargo de la línea del señor ese!

Acudimos al banco para anular el cargo adicional (la del banco se rió un poco cuando le contamos nuestra situación, sobre todo porque ella también había tenido problemas de facturación para darse de baja de ya.com).

Un mes después empezaron a llegar las cartas: que les debíamos una factura y que, por favor, ingresáramos el dinero en la cuenta X, so pena de acabar demandados y en lista de morosos. Cartas como esas nos llegaron tres.

Luego llegó la de la gestoría que se supone se hacía cargo de nuestra ‘deuda’. Viendo que ahí ponía un número ‘normal’, llamamos, más que nada ya para reírnos un poco y patalear. Resultó cómico: el chaval (porque por sui voz debía ser un yogurín recién salido de ¿derecho, económicas?), cuando le contamos lo que había ocurrido, sólo pudo empezar a ponerse nervioso, a subir el tono, repetir de que ‘ese no era el problema’ (según se ve, que nos cortaran la línea y que nos llegara la mensualidad duplicada no le parecía algo grave), sino que debíamos pagar la factura ‘debida’, y punto. Luego (cuando vio que por ahí no colaba) se sacó de la manga el que, para darnos de baja debíamos pagar una factura adicional ‘de compensación’, que eso se hacía así ‘por ley’, y que la factura que debíamos era precisamente esa. Por supuesto, no pudo concretar de qué la ley hablaba. Entre cabreados y divertidos (por haberle hecho perder los estribos al mindundi de turno) colgamos.

Ya así seguimos, esperando ver qué pasa.

Que se sepa lo chapuzas y mafiosos que son estos desgraciados de ya.com.

Un saludo.

PD: Casualmente veo que, en esta enésima encarnación del blog, este es el post número 100. Pos fale, pos mu bien.

Stephen Hawking – Brevísima historia del tiempo

Hola, culebras.

Hace ya años me compré y leí la versión inicial de este libro de Stephen Hawking, Historia del tiempo. Pero lo perdí y, cuando vi recientemente la oportunidad de que me prestaran esta nueva versión no lo dudé.

Brevísima historia del tiempo en principio se trata de una revisión de la anterior, actualizada a los nuevos descubrimientos realizados en los casi veinte años transcurridos entre ambos libros. Tengo un buen recuerdo del primero, que servía de magnífica introducción a una de las dos únicas ciencias verdaderas, la física (la otra, por supuesto, es la matemática; el resto son derivados o abstracciones de éstas , o bien se trata de disciplinas experimentales). Sin embargo de este otro… hay que decir que no: algo falla en él. Sí, lo adornan de dibujitos, pero por desgracia la mayoría de las veces no aportan absolutamente nada al texto (a veces incluso molestando). La edición que me han dejado, del Círculo de Lectores, resulta poco menos que nefasta, con ese aspecto infantilóide que hace que la mitad de la página se use como margen, además de la injustificada y muy de la casa tapa dura, que vuelve lo que bien pudiera ser un buen libro de mano en un mostrenco casi inmanejable (sobre todo para el poco texto que contiene).

En cuanto al contenido en sí se habla muy por encima de muchos conceptos básico de ciencia, tan de refilón que muchas veces parece que uno atiende al sermón de un cura que narra los misterios de la religión, misterios no discutibles y por tanto no cuestionables. Ósea, el autor pide que tengamos fe en lo que dice. Ese defecto supone un gran lastre a mi entender: la ciencia no es fe, sino seguridad. Sí, el libro está dirigido a legos, pero su discurso carente de referencias se sitúa a un mismo nivel de oscurantismo que la Biblia. Una simple relación de lecturas para quien desee curiosear más en los múltiples conceptos de que se habla le habrían dado más credibilidad al libro (vale, eso lo puede hacer cualquiera con un poco de interés, pero no cuesta nada al autor y al editor el seguir la doctrina científica de añadir bibliografía a los textos). En la última sección del texto se centra bastante en la teoría (o teorías) de cuerdas, y ya se embarra de manera definitiva: la teoría de cuerdas es complicada, pero explicada sólo con palabras ‘mundanas’ resulta ya casa inmanejable.

Ya para acabar, y que me perdonen los físicos y los matemáticos, me ha chirriado horriblemente la sección en la que se habla de la renormalización en el caso del cálculo de energía de partículas virtuales (capítulo 11). Eso de decir que se ‘eliminan infinitos absurdos’ me suena a decir que ∞ – ∞ = 0 (vamos, la típica burrada de instituto). Supongo que explicar la renormalización en palabras cotidianas resultará imposible, pero tal y como lo expresa en el libro más que ayudar, entorpece (y seguro que añadir una pequeña bibliografía sobre esto tampoco ayudaría, lo admito, si esa se limita a libros de álgebra 😛 ).

Bueno, no voy a decir nada más. Simplemente la nota: un seis flojillo. Una pena por esa cuarta parte final del libro y ese aire de discurso basado en la fe, que no ayuda a diferenciar ciencia de religión.

Aaaaaaaaaaaaadiós.

Frederik Pohl – Mineros del Oort

Hola, culebras.

Otro Pohl a mis espaldas, y van… muchos, van muchos (sin quererlo ni beberlo se ha convertido uno de los autores de cifi que más he leído; y con más altibajos, todo sea dicho). Pero este Mineros del Oort no lo recordaré precisamente bien. Bastante con que lo pueda recordar, dado lo mediocre que me ha parecido: una novela ‘de academia‘, pero que no llega a nada concreto. Casi se puede decir que se trata de un coitus interruptus literario, dejando demasiado en el aire. El protagonista medio lelo (con un lavado de cerebro de primera), un entorno socio político que se reduce a un esbozo, unos interludios supuestamente didácticos que rompen el rimo, unos secundarios que se reducen a simples esbozos. Pero es que con un libro tan cortito (no llega a las 350 páginas) con tanto trasfondo que describir y la cantidad de personajes que pasan por él no se puede pedir mucho.

Si algo bueno tiene el libro es que, años después de ‘su tiempo’, me ha picado la curiosidad como para leerme la trilogía de Marte de Robinson. Sí, en su momento no me llamaron nada la atención pero las cosas cambian con el tiempo. Y eso que son tres tochos de primera. Ojo, que acumulación de páginas no equivale a calidad (ni de lejos) pero sí a una mayor posibilidad, si se hace bien, de explicar lo que sucede.

Pero no nos perdamos y regresemos a lo que nos centra: el libro de Pohl. Que no merece más cometario 😛 Se lleva un cuatro y contento.

Adiós.

De la degeneración de un ambiente

Hola, culebras.

Un comentario rápido y, según se vea, incluso viejuno.

Este sábado pasado acudí (tras cosa de un año sin hacerlo) a un par de garitos goticosos. En concreto a los dos sesiones del 666, primero la del Wing y luego la del Moon. Y la impresión que me dieron, como sesión musical, no es decepcionante porque para ello habría debido guardar alguna esperanza; lo que hizo fue directamente inspirarme pena, pena por las nuevas generaciones que crecen con ‘eso’ sonando en los PAs: música deshilvanada por patéticas criaturas que se autoproclaman pinchas (Djs, como dicen de unos años para acá), entes patéticos incapaces de dirigir una sesión decente, ghules que sólo saben pulsar la tecla random de los reproductores, juntando Alaska con Eurythmics y luego Rammstein como si nada.

No quiero hacer apología de tiempos pasados, pero hubo un par de años en los que realmente disfrutaba con lo que oía/bailaba en los sitios: sesiones de Voltteretto (esa acojonante del Bunkertag en la que presentó el Untold Blasphemies de Hocico [todavía recuerdo que los compases iniciales la canción, esa primera vez que la oí, me pusieron la piel de gallina], sesión en la que estuvimos literalmente cuatro matados, y yo conocía a la mitad de ellos), de FeydZor, incluso de JuanLu (a lo que llega esto para añorarle 😛 ). si alguna vez incluso llegaron a poner a Decoded Feedback y mi adorado Phoenix (vale, sí, el primer día Zor lo pinchó porque le dí un CD con ese tema 😛 )… tiempos en los que la gente que nos gustaba la electrónica agresiva teníamos sitios donde bailarla (Vamp Cave, por ejemplo, y ‘el garito ese que estaba en el metro de Palos de la Frontera’ 😛 ).

Coño, al final sí he hecho apología del pasado.

Nunca he sido pincha, pero estoy seguro que casi a ciegas, y sólo con la música que tengo por casa, conseguiría crear una sesión de dos horas más o menos decente, con una buena y estructurada progresión del sonido goticoso más clasicorro al darkwave o noise más burro (nada que ver con estos DJ random que padecí el otro día: pena me da la gente que ‘crece’ con estas sesiones sin dirección ni sentido). Pero dado que nunca me han dado esa oportunidad, ni me la darán, no lo sabré, como sí sé que esas almas en pena que se alzan tras los platos sólo merecen un destino: una larga sesión en el purgatorio, a ver si allí aprenden algo.

Chau.

PD: Sigo esperando escuchar Panzer AG o Dismantled

PD 2: que mi otra faceta me perdone 😉 No está olvidado ese dios, no… ¡jamás!