Hola, ofidios.
Ésta es la última de las reseñas que tenía pendientes, y para tratarse de la última hay que decir que habla de un libro que me ha dejado un muy grato sabor de boca.
De entrada he que decir que el personaje de Rambo (el conocido ya casi universalmente gracias a la pantalla grande) sólo me gusta en la primera película, y éste es el libro en el que se basa. Y, como suele suceder, el libro le de cien mil vueltas a la película: de hecho casi parece otra historia, mucho más intensa, dura y triste.
El libro que nos brinda David Morrell, de lectura muy rápida, te sumerge en unos personajes penosos, patéticos, tanto por sus soledad como por la manera que enfrentan el futuro. Rambo, una víctima inadaptada que en la novela se nos muestra como un máquina de matar mucho más letal que en el filme, un chaval de poco más de veinte años convertido en un monstruo; Teasle, un personaje mucho mejor dibujado en la novela, un desafortunado incapaz de superar una crisis familiar. Ambos personajes se enfrentan defendiendo sus ideas, cada uno tratando de llevar al otro a su camino: el primero con su actitud solitaria y libre, tratando de ‘demostrar’ su libertad; el segundo intentando doblegar al salvaje que irrumpe en su territorio, lo único que le queda como suyo. Entre medias, la naturaleza de una región que engaña al lugareño y que ayuda al forastero oponiendo los roles de cazador y presa.
Magnífica lectura, de la que se hubiera sacado una película mucho mejor de no ser, sin duda, por el ansia de los productores. Este Rambo se merece un indudable ocho.
Chau.