Muchos años han pasado desde que este libro está en la pila: en aquellos días incluso era miembro de la entonces llamado AEFCF, sin la T de ahora. Pero eran otros tiempos… Vamos a los que vamos: la lectura. Si alguien quiere leer más reseñas, que busque por ahí visiones 1999.En este libro hay de todo, como en botica, y más que hundir lo malo prefiero ensalzar lo que mejor sabor de boca me ha dejado. Dado que se trata de una recopilación de relatos escritos por autores noveles, aficionados, es lógico que el nivel muchas veces sea regular, por no hablar de bajo. Pero dado que se trata de eso, de noveles y/o aficionados, es lógico.
Entre los que he leído diría que mi favoritto es ‘Completismo’, de Eugenio Sanchez Arrate, un relato de cifi de corte clásico y bien escrito: no pasará a la historia pero tampoco defrauda.
Otros que, quedando a mi gusto por atrás pero que merecen una mención son:
– ‘Apuntes para un experimento’, de Alberto Castellón Serrano: entretenido, con algunos fallos de estilo y de argumento pero que se disfruta. Ambicioso por su temática pero que no acaba de cuajar.
– ‘El trofeo’, de Miguel Ángel Aijón, que bebe de la fantasía en plan brujería y espada, pero con menos brujería y más espada.
– ‘Si te dicen que Caín’, de Raúl Gonzálbez del Águila, que me ha hecho gracia, si bien me ha resultado mosqueantemente previsible y quizá padece de una perspectiva demasiado antropomórfico, dado el protagonista. Dada la naturaleza del relato no diré el género en el que podría encajar: que quien lo lea disfrute de las tribulaciones del ‘sujeto paciente’ y trate de adivinar el final.
Del resto de relatos no diré que sean malos, sino que mejorarían mucho con más experiencia, (si bien algunos podrían, sin mucha pena por ello, ser descartados por poco originales).
Como curiosidad personal encontrarme aquí a Gabriel Olivo Díaz, un ‘compañero’ de mis primeras experiencias en esto llamado internet (conmigo escribiendo relatos pastiche de Lovecraft y tratando de moverlos por todas las webs posibles, e intercambiando enlaces con otras de relatos, españolas o hispanoamericanas), cuando monté ese horror de web llamada… ‘no se qué de Hger’. Jaja. ¿Era ‘El árbol de Hger’? estaba alojada en la web de mi empresa de entonces, Nortenet (¿qué habrá sido del deditos, del gordí y del escaqueado? ¿Y de Gema ‘la escaladora’ [aún recuerdo esa foto de la sombra del Everest, y los mares de nubes], de Patri y de Víctor ‘cornacol’?). Joder, ha pasado mucho tiempo desde eso.
Bueno, nada más por hoy, culebras… I need blood, digo agua (eso me pasa por ponerme melancólico mientras escucho a los S.D.I.).