Del gordo y barbudo éste de Martin sólo había leído la primera entrega de Perdidos… digo, de La canción de Hielo y Fuego, Juego de tronos (libro que me leí prestado por un amigo y que me dejó como los primeros episodios de la serie de televisión, entre interesado por las diversas tramas y receloso ante el pedazo de culebrón que se anunciaba tras sus páginas. Posteriormente me compré las dos continuaciones, y seguramente adquiriré el resto hasta que acabe la saga, para luego leerla de un tirón, a ver que pasa. Y eso que por lo general no me gusta la fantasía). Perdón por la confusión, todos sabemos que no hay paralelismos (ninguno, ninguno, ninguno) entre la manera de concebir y narrar Perdidos y esa saga.Pero no nos perdamos y vayamos a este fixup, palabro anglo para definir una recopilación de relatos escritos ex profeso para ver la luz como un todo. Así, a lo largo de los siete relatos que incluye el libro nos encontramos con un todo más o menos autoconclusivo, las andanzas de un comerciante espacial llamado Tuf. A Tuf se le podría definir de cargante, cansino, ridículamente sincero y, dado que no le han matado, absoluta e injustificadamente afortunado. Esa característica, la de librarse de la muerte en todas sus aventuras aun siendo un bocazas hiriente de primera hace que se vuelva un personaje en extremo increíble, incapaz de conseguir que conecte con el lector.
Algo que, seguro, le importa un bledo a Martin.
Con esas, a lo largo de los relatos acompañamos al eterno suertudo desde descubrimiento y apropiación de ‘El Arca’, su mítica nave, hasta cómo salva tres veces a los pobladores de un planeta de su ciega y obsesiva estupidez. Entre ello Martin nos permite visitar otros planetas y otras culturas, aspecto en el destaca la obra: repleto de mala leche, los relatos rezuman una dura crítica a la ceguera humana, ante las que el cargante personaje consigue brillar contraponiendo su actitud coherente y lógica al sinsentido del universo que le rodea. Es por ese juego de contrastes por lo que se disfruta de verdad el libro, ver como una hiriente y clara sinceridad sale victoriosa (con enorme suerte, eso sí, de no acabar apaleado de por medias) ante esa basura llamada humanidad.
Habrá que esperar a la anunciada segunda colección de relatos, a ver si Tuf continúa con su suerte injustificada o recibe su bien merecido final.
Un saludo.