Hola, culebras.
Quinta entrega de la saga de los Aznar y ya se confirma lo que sin duda es el estilo de la prosa del señor White: no me extraña que se mantenga de aquí al final de la serie. Pero vamos a lo importante, lo leído.
Rendición no contesta tienen como premisa primera el anhelado regreso a rendición, un viaje que se torna en pesadilla debido a la reaparición de los hombres de silicio. Estos han vuelto para asolar todo lo que había en el planeta, y planteando un nuevo y gran problema a los viajeros de Valera. La novela entretiene si bien adolece de los mismos defectos de las anteriores historias (diálogos exagerados, personajes planos y tópicos, escenas forzadas) que suponen la marca de la casa. El nuevo final con boda ya empieza a oler mal. Los cristalitos resultan ser un clon de los japoneses de postguerra: copian las tecnologías sin acabar de comprenderlas, mucho menos mejorarlas. Esta actitud copiona llega al colmo del ridículo en el caso de copiar las naves no sólo en forma, sino incluso en la disposición interna de los mamparos, pasillos y salas. También hay que destacar de nuevo la cerrazón del autor para la «solución final«; sólo cabe una manera de solventar el problema con los extraterrestres no antropomorfos: el exterminio del no humano. Se pierde la oportunidad de un enriquecimiento entre especies tan dispares pasando a la cavernícola disyuntiva de ‘o tú o yo’.
Mundo siniestro. Cuarto ejemplo de la atrayente (sin duda para el autor) teoría de la evolución convergente, llevada al extremo con ejemplos de compatibilidad genética y reproductiva. El escenario resulta ridículo (incluso con un fuerte sentimiento de deja vú de Star Trek) ya de manera extrema en lo que se refiere a los detalles físicos: por ejemplo el que en una superficie cubierta en casi un 100% de agua luego resulta que es la superficie de una esfera hueca con un sol interno y con gravedad dentro de la misma. Joer, la caña del space opera, pero totalmente en contra del concepto de campo en física. En lo que respecta a la trama, de nuevo todo de bastante forzado, encontrándose justo con los personajes oportunos en el momento oportuno. Entretenida y poco más.
División Equis. Números enormes, ejércitos mastodónticos. Todo a lo grande, como debe ser para poder recuperar Redención, para poder exterminar a toda una raza inteligente distinta del hombre. Hagamos que Hitler, Himmler y Göring sean simples aficionados. Ya no se sabrá nada más de ellos, ni de su historia, ni de sus logros, ni de su psicologia. Todos al paredón y punto. Eso sí, entre medias otra boda. Digamos adiós a los silicatos, adiós a las tramas profundas. Vamos, una nueva apología del holocausto.
Bueno, que sí, que lo pongo regular, pero en el fondo es divertido… salvando el de Mando siniestro que definitivamente no me gustó.
Veredicto: un 6 es lo que se merece.
Adiós.