Buenas, culebrillas.
Otro librillo que llevaba años vigilándome desde la estantería, esperando su oportunidad. Y al fin llegó: Que no desciendan las tinieblas, de L. Sprague de Camp, me ha resultado gracioso, ameno, pero poco más: un pasarratos, un telefilme de los domingos por la tarde… nada más.
¿Qué es lo que me falla en este libro y me obliga a no tomármelo en serio? El protagonista, que deja a McGiver a la altura de la suela: sabe hacer de todo (bueno, de casi todo, que con la fórmula de la pólvora no da). Ingeniero, químico, historiador, economista… joder, al lado suyo DaVinci era un pringado.
Nada, que aprobado raspado y va que chuta: un cinco (y por culo te la hinco).
Aaaaaaaaadios.