Hola, culebras.
De nuevo una reseña escrita muy a posteriori, concretamente el día 28 de octubre de 2012. En esta ocasión me toca este texto del creador de Tarzán, Edgar Rice Burroughs, que nos vuelve a llevar a ese Marte imposible y romántico suyo.
Thuvia, doncella de Marte es una obra desenfadada, directa y simple, sin sorpresas ni especial misterio, llena de malos muy malos (preferiblemente feos) y buenos muy buenos (a ser posible guapos y fortachones). Vamos, un texto para apagar el cerebro y escrito también así, con el piloto automático para atraer a un lector sencillo, nada exigente. En definitiva, un guión simplista, de los de ‘todo para adelante y mascadito para el protagonista’. Muy pulp, muy de la época. Muy mal envejecido. En su momento no digo que esta novela tuviera buen aceptación; leerla ahora te obliga a implantarte con fuerza el chip de ‘lector de los años 20’, que si no no la disfrutas.
En cuanto a los detalles del contenido hay que decir que de nuevo nos encontramos ante una obra que tiene mucho más de fantasía que de ciencia ficción, perceptible sobre todo en lo relativo a los poderes personales de alguno de los protagonistas. El amigo Carthoris es mucho más que un superhombre: el elegido del destino, al que todo le sale bien, o incluso mejor. La pobre Thuvia se resume en un bonito maniquí manipulado de un lado para otro, que ve cómo su paladín va detrás de ella a todo lo largo del planeta.
Qué decir de la edición… pues mala (incluso en la elección de la tipografía), con errores de ortografía y fallos de maquetación, como por ejemplo el mal uso del guión largo en los diálogos. El conjunto crea un aspecto general de aficionado; lo mismo podemos decir de la traducción, poco menos que descuidada. Pero es que en ese aspecto sigue al resto de libros de la colección Omean.
En definitiva, le pongo 5 y bastante me parece.
Adiós.