Dola, culebras.
Han pasado ya mucho tiempo sin que actualice esto. Y es que en estos ocho largos meses he sufrido unas cuantas vicisitudes: enfermedades (incluyendo la enfermedad con convalecencia más larga de toda mi vida), líos con la configuración del servidor del hosting (y en eso hay que darle las gracias a Guille, que para eso sabe muchísimo más que yo), líos en el trabajo (mucho trabajo; a veces incluso, contra mi costumbre, me lo he llevado a casa), problemas con el ordenador (casi seis meses sin ordenador, así de sencillo)… En definitiva: que he ido dejando esto de la web a un lado.
Pero dejar a un lado no significa olvidar. Dejar a un lado todo esto ha supuesto recordar que lo tengo abandonado, como otras cosas que antes eran mi vida, y eso ha dolido. Todavía duele. Espero poco a poco ir recuperando algunas de esas cosas dejadas al lado pero no olvidadas.
Ésta en concreto, la web, espero que con este post regrese de la no-vida. Tengo pendientes las reseñas de los libros leídos desde junio. No han sido muchas porque he ido bajando la velocidad de lectura. La causa de ello se puede encontrar en un sólo culpable: el nuevo móvil, bendito cacharro infernal que me permite estar esclavizado a la web casi permanentemente. Gracias, o por culpa de él, me he metido en tres proyectos literarios twitteros. Dichos proyectos tienen mucho de catártico (sobre todo uno en concreto, al que ya considero mi alter ego reprimido, mi señor Oculto particular) y a veces me consumen en su totalidad el tiempo de los viajes casa-trabajo-casa, que antes dedicaba exclusivamente a leer. Pero aun así quiero seguir colgando mis impresiones con respecto a lo mucho o poco que leo. Las iré colgando de aquí a unas semanas, en la medida que me acuerde del libro 😛
Dado que ya no escribo (salvando las chorradillas del twitter y muy poco más), y que cada con el paso del tiempo mi grado de misantropía crece y crece, la web se reducirá casi totalmente a eso: reseñas de lecturas. Libros leídos aguardando el apocalipsis soñado, nuclear o zombie, llovido del cielo o surgido de aquí mismo. O un simple y jodido largo invierno. McCarthy o Brooks, Niven/Pournelle o Stewart. U Orgill/Gribbin. Qué más da, pero que llegue y yo lo vea.
Sigo a la espera. Mientras tanto, leo y comento.
‘Ta lueguín.