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Robert E. Howard – Conan el Usurpador

Hola, culebrillas.

Parece casi que le he agarrado cariño al musculoso tejano de Howard, sobre todo tras disfrutar de ‘Clavos rojos‘.  Así que me puse con este Conan el usurpador pensando en ese Super Conan 1 en el que se narra a modo de novela gráfica la llegada al trono de Conan. Esperaba encontrarme con un relato que narrara esos hechos. Pero no: ninguno de lo relatos narra ese acontecimiento concreto. Sin embargo nos queda un buen ramillete de historias:

  • ‘El tesoro de Tránicos’ forma parte de los clásicos de Conan, con su habitual mezcla de aventura y magia, una historia en la que el cimmerio no es el auténtico protagonista, sino que de nuevo ese aspecto principal lo asume la amenaza picta. Al  relato se añade la presencia de ese socias de Nyarlathotep, el infame Thoth Amón, que sin saberlo ayudará a Conan en el logro de su destino. ¿Tendrá el estigio en futuras novela la misma importancia que tiene en los comics Conan Rey? El tiempo y las páginas lo dirán.
  • La historia de ‘Lobos más allá de la frontera’, si bien no es un relato ‘de Conan’, quizá sea el mejor relato (en lo referente a el tema de acción y aventura) del libro. Un auténtico cuento del oeste, dinámico, sin pausa. Muy bien. mejor que a mi gusto que ‘Más allá del río Negro’.
  • Sobre ‘El fénix y la espada’ y ‘La ciudadela escarlata’ voy a hacer un comentario conjunto. Son buenos relatos, sí, sobre todo el pasaje central de La ciudadela, pero ambos dos, tras leerlos, me hacen pensar en un nombre propio: Moorcock. ¿Porqué? ¿A quién que no haya leído las crónicas de campeón eterno no le ha sonado algo el sueño de Conan en ‘El fénix’? ¿Cómo no leer el viaje de Conan a través de las catacumbas, en ‘La ciudadela’, y no rememorar las entrañas de Imrryr o puede que de Pan Tang? (Incluso, forzando un poco, ¿el nombre del compañero del protagonista de ‘Lobos’ no recuerda algo a Dyvim Slorm?)

En definitiva, una lectura magnífica de un Howard inspirado. Toda una delicia. Se lleva un ocho sin lugar a dudas.

Los siguientes libros que me quedan de Conan pertenecen a una época para mí más desconocida, la de un hombre ya mayor y que, por fuerza, debe ir perdiendo esas habilidades felinas que tan buen resultado le han dado a lo largo de su vida. ¿Cómo presentará Howard el declive de el guerrero por excelencia? Habrá que esperar.

Chao.

Robert E. Howard – Conan el Guerrero

Hola, ofidios.

Realmente es un gusto leer los relatos de Conan, historias de fantasía sincera y directa, alejada de pretensiones. En esta ocasión, además, las historias e incluídas en este Conan el Guerrero surgen de la pluma del propio creador del personaje, con lo que nos encontramos ante un Conan tal y como lo ideó Howard. Por supuesto eso supone un aliciente más a la lectura.

¿Y qué nos encontramos? De entrada una historia magnífica: ‘Clavos Rojos’. Esta historia nos sumerge en un escenario extraño, decadente y oscuro, con una atmósfera llena de velada amenaza. Casi se diría que con tintes de Lovecraft. No diré más de ella, sólo que (salvando algunas incoherencias) se disfruta de cabo a rabo.

‘Los dientes de Gwauhlur’, por el contrario, nos saca de los interiores decrépitos de una ciudad mastodóntica a la jungla y a unas ruinas en ellas. El relato es un poco más flojo, si bien encaja a la perfección dentro del estándar de la obra de Howard: acción, chicas, magia y muerte.

‘Más allá del río Negro’ quizá suponga el relato más flojo de los tres, si bien tiene el interés de ver una faceta humana del salvaje, sobre todo al final de la historia. Cambiamos pictos por indios, Conan y su compañero por vaqueros y los aquilonios por el ejercito yanqui y tenemos un buen relato del oeste. Entretenido.

Así dicho todo casi parece que el libro decae y que se acaba con cierta desgana, algo que realmente no sucede gracias a que en ningún momento deja de ser ameno.

Puntuación: un justo siete.

Clive Barker – Imajica I y II

Hola, ofidios.

Hace mucho, quizá demasiado, que no regresaba a Clive Barker. Así que cuando vi en una tienda estos dos volúmenes de Imajica no pude reprimir la tentación y me los compré: ni más ni menos que en torno a ochocientas páginas de Barker prometían una magnífica dosis de mezcla de fantasía oscura y terror, todo ello mezclado con esa atmósfera malsana y morbosa que el británico aporta a sus creaciones. La última novela que leí de él, Sortilegio, me encantó y me dejó con ganas de leer más. Ésta era la oportunidad de saciar ese ansia.

Pero joder con este libro: tras leer las ochocientas páginas he de admitir que Imajica es el peor Barker con el que me he encontrado.La novela carece de ritmo… o más bien padece de un ritmo tan lento que casi ni existe (y tan lento es el ritmo que incluso a mí me ha afectado, tardando mucho tiempo en acabar lo dos volúmenes). Ves como las páginas pasan y pasan sin que suceda casi nada, y lo malo es que cuando ocurre algo carece de interés por manido. El protagonista no se hace agradable, pero la verdad es que eso en un autor como Barker no supondría problema alguno de existir una galería de secundarios con carisma y gancho, como es el caso de las Hermanas en Sortilegio. Por desgracia en este Imajica ese tipo de personajes atrayentes no existen, a lo sumo encajaría dentro de ese grupo el penoso Dowd, pero como sombra en comparación a las anteriormente citadas Hermanas. Y tampoco se puede decir que en la novela disfrutemos de escenas memorables: incluso en libros fallidos como El juego de las maldiciones (que por algo es su primera novela) tiene pasajes inolvidables, algo que en este no sucede, a lo sumo el encuentro con Descansito y poco más. Por el contrario, bastantes escenas (el ascenso al glaciar o la visita a la última ciudad) parecen sacadas de un Moorcock cruzado con un flojillo King.

El intento de la novela de suponer un acercamiento a la mitología cristiana, por más que hable de ello el autor en el prefacio, se reduce a tomar un par de nombres (como la Vía Crucis o Cristo) y poco más. Al contrario, tiene más influencia de la new age y rollo hipioso.

En definitiva, se mire por dónde se mire no satisface, Imajica no posee la fuerza de otras obras suyas como Cabal, Hellraiser, Sortilegio o incluso la primeriza El juego de las maldiciones.

Se merece un ramplón 3, y mucho me parece.

A ver si consigo hacerme con El gran espectáculo secreto para redimir a uno de mis autores favoritos.

Un saludo.

Michael Moorcock – Las crónicas del castillo de Brass

Hola.

Retomo a Michael Moorcock en el último libro que tenía pendiente de leer de la saga del campeón eterno: Las crónicas del castillo de Brass, la segunda etapa de las aventuras de Dorian Hawkmoon. Siempre me ha parecido el más endeble, el menos atractivo de las cuatro personalidades ‘principales’ del campeón eterno (y mi favorita sigue siendo Corum un poco por delante de Elric), y tras leer esta segunda etapa sigo pensando lo mismo. Más aún, ahora que la guerra con Londra ha desaparecido las aventurillas del de la joya en la frente (si bien ya no la lleva) parecen bastante sacadas ‘por los pelos’.

En este volumen Moorcock aplica con demasiada exactitud los esquemas que ya ha usado en otras novelas del ciclo, haciendo en extremo previsible ‘El Campeón de Garathorm’. Sin embargo la última novela del tomo salva al resto: La búsqueda de Tanelorn, más allá de que es un tema recurrente en el multiverso, y que retoma por cuarta vez el episodio de Agak y Gagak, más allá de esto continúa con en forma de buen epílogo para el ciclo del Multiverso. Aparece y se medio-explica la presencia de alma del demonio negro, así como la naturaleza de La Balanza, para tras ello cortar por lo sano (muy al estilo de Moorcock) y por fin dar descanso al héroe eterno (un descanso muy merecido en los casos de Erekosë y de Jhary-a-Conel, que los pobres ya estaban artitos de dar más y más vueltas).

Nota: sin embargo, y en vista de lo que pone en la wikipedia inglesa, parece que todavía me falta mucho por leer del multiverso. A ver si lo editan en español… y si no a tratar de leerlo en pitinglis.

En definitiva, una lectura interesante para los seguidores de Moorcock pero muy poco aconsejable para los neófitos (para esos mejor que agarren el primero de Elric, mucho más accesible, y hablo en todos los aspectos; a este respecto desde aquí quiero darle las gracias Julipán, el de Santander, por meterme en el mundillo de Elric hace ya cosa de veinte años).

Valoración final que le pongo: un seis.

Stephen R. Donaldson – La necesidad de Mordant

Hola, culebrillas.

La saga de Mordant, de Stephen R. Donaldson, vendida en España como cuatro libros separados, realmente se trata de un solo libro enorme dividido en cuatro. No hay manera de leerlos independientemente… y lo acabo de padecer. Hace un par de años empecé con el tomo uno. Al acabar con él no me entraron ganas de seguir, por lo que lo dejé. Mala elección. Al continuar la saga pensaba encontrarme con una entradilla resumen de lo anterior, pero no: ale, todo para adelante, como los de Alicante.

La saga encaja en ese género de historias de intrigas que a algunos autores, como Herbert, les encantaba. A mí me aburre un poco-bastante, pero en vista de que estaba con las manos chungas y quería leer algo largo (por eso de no tener que preparar a posteriori chorrocientas reseñas, algo que al final sí ha sucedido), pues seguí con ella.

La obra es de ritmo muy lento, con una narración basada en la introspección. Pero en una introspección extrema, al punto de que toda la saga se basa en las elucubraciones de un solo hombre. La ‘prodigiosa’ mente de ese personaje es capaz de predecir, incluso a años vista, los movimientos y las reacciones de sus amigos y enemigos. En definitiva, increíble e imposible. Magnífica base para escribir un tocho equivalente a cuatro novelas.

Dado que toda la trama se basa en este forzado deus ex machina la lectura acaba siendo bastante aburrida: siempre habrá algo que demuestre que el listo ha sido muy listo y ha predicho lo que va a ocurrir.

Salvando las distancias La necesidad de Mordant recuerda a Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin, pero con personajes mucho más planos, sin mala leche y vacío. Sin duda Martin ha sabido sacarle partido al concepto del folletín de intriga medieval mucho mejor que Donaldson.

La lentitud se vuelve casi pastosa en los tomos 2 y 3, y el resto de acontecimientos que se narran en el tomo 4 no justifican lo anterior. Pero es que la imagería como recurso mágico de poder no queda bien demostrado en ningún momento de la saga.

La saga de Mordant no es una de esas lecturas que recomendaría a nadie, pero si estás como yo, con mucho tiempo libre por delante, puedes intentar leerla: puede que incluso te guste.

Un 5 raspadito. Nada más.

Aaaaaaaaaaaaadiós.

Neil Gaiman – Objetos frágiles

Compré este libro hace menos de un mes por puro impulso: supongo que se sumó el bajo precio del libro y la posibilidad de conocer un autor nuevo para mí (dotado de relativa fama, ganador de varios premios e idolatrado por parte de la comunidad del cómic). Sea por lo que fuere, lo compré y -más raro aun- lo empecé leer a los pocos días, saltándome todo lo que había en la pila desde hace años. El volumen consiste en una compilación de relatos cortos, mi estilo favorito, lo que lo hacía así de antemano atractivo y de presumible fácil lectura. Sin duda esos factores me animaron aún más a tomarlo entre manos.

Lamentablemente el resultado de la lectura de este Objetos frágiles ha resultado pobre, muy pobre. Neil Gaiman me recuerda en parte a Stephen King, llenando sus historias de detalles y anécdotas que dan profundidad a sus personajes. Pero, al contrario que King, Gaiman se queda ahí: no narra historias, limitándose a recrear situaciones. Juega con atmósferas, da pinceladas de tramas, pero nada más: me da la impresión de que sus relatos se limitan a un muy bien ornamentado marco, pero sin la pintura del centro. La marquetería es una muy digna profesión, pudiendo crear verdaderas obras de arte, pero un marco preciosista no justifica la ausencia del cuadro. Gaiman no pinta cuadros; a lo sumo da un par pinceladas y deja al lector ahí, esperando más. Y eso cuando directamente no cierra la historia a las bravas, como en el injustamente premiado ‘Estudio en esmeralda’ (una nueva demostración de lo basuriles que son muchos premios de estos). Para mí, Gaiman representa el perfecto ejemplo de que la forma no lo es todo: forma sin fondo no sirve para nada.

No todo es malo en este libro, y tres narraciones merecen salvarse de la quema (en parte porque se trata de historias, cuentan algo): ‘Alimentadores y alimentados’ (clasicista y previsible pero que aun así se disfruta), ‘Goilat’ (gracioso con su toque a lo Dick), ‘El pájaro del sol’ (aventurita con un aire que no sé porqué me hizo recordar a HPL, si bien no tiene nada que ver con él) y ‘El rey de la cañada’ (que no está nada mal, pero que tiene como defecto el que huele demasiado a una mezcla de Moorcock y Barker).

Detalle aparte merece la manera extraña en la que introduce a los personajes en algunas ocasiones, con excesiva brusquedad. Lo he notado en unos cuantos relatos: inicia una escena interactuando el protagonista con alguien y sólo al cabo de varios párrafos dice quién es ese alguien. No me ha gustado nada, pero supongo que se trata una impresión personal.

Intentaré darle una segunda oportunidad con una novela, a ver si mejora, pero no las tengo todas conmigo: habrá que pasar tiempo para que llegue ese segundo intento.

Valoración final: 4.

Balance de lecturas 2009

Hola, ofidios.

Nuevo año, nueva entrada, en esta ocasión a modo de resumen de las lecturas del año anterior. Aquí desgloso mis pobres lecturas (pobres por ser sólo 23 libros: ni siquiera uno por semana, cosas que pasan por sólo leer en los traslados al trabajo). A continuación, el resumen:

Fecha fin lectura Autor Título Valoración Género
28/01/2009 AA.VV. Mares tenebrosos 8 Terror
10/02/2009 Oliver Sacks Un antropólogo en Marte 6 Ensayo
17/02/2009 Michael Moorcock El programa final 3 Fantasía
23/02/2009 AA.VV. Visiones 1999 5 Fantasía
17/03/2009 Norman Spinrad La canción de las estrellas 6 Ciencia ficción
01/04/2009 C.S. Lewis Perelandra 4 Ciencia ficción
17/05/2009 Stephen King Apocalipsis 7 Fantasía
30/05/2009 George R. R. Martin Los viajes de Tuf 7 Ciencia ficción
10/06/2009 Cordwainer Smith Los señores de la instrumentalidad IV 5 Ciencia ficción
02/07/2009 AA.VV. Maestros del horror de Arkham House 7 Terror
25/07/2009 AA.VV. El peón del caos 6 Fantasía
07/08/2009 AA.VV. Lo mejor de la ciencia ficción soviética II 6 Ciencia ficción
15/08/2009 Karel Čapek La guerra de las salamandras 4 Ciencia ficción
23/08/2009 Javier Negrete La mirada de las furias 6 Ciencia ficción
05/09/2009 Sheri S. Tepper Despertar 8 Ciencia ficción
18/09/2009 Robert Bloch El que abre el camino 7 Terror
01/10/2009 George H. White La gran saga de los Aznar, tomo 1 5 Ciencia ficción
13/10/2009 George H. White La gran saga de los Aznar, tomo 2 7 Ciencia ficción
21/10/2009 James Herbert Aullidos 5 Thriller
29/10/2009 Theodore Sturgeon Venus más X 3 Ciencia ficción
27/11/2009 John Brunner Todos sobre Zanzibar 7 Ciencia ficción
06/12/2009 AA.VV. Visiones macabras 7 Terror
16/12/2009 Arthur C. Clarke La ciudad y las estrellas 9 Ciencia ficción
24/12/2009 AA.VV. Conan el bucanero 7 Fantasía

Las lecturas no han tenido la variedad que yo hubiera deseado (menos preponderancia de la cifi y más del terror) pero como lo que manda en estos años es sobre todo La Pila, pues hay que atenerse a ella y a su ciencificiosa realidad.

Ahora juguemos un poco con los números.

En total han sumado 9773 páginas leídas este año, lo que hace una media de unas 27 páginas por día. Pobre, muy pobre, lo admito. Pero quizá eso se debe a que de los veinticuatro libros leídos he sacado una media de satisfacción que no llega al seis (en concreto un 5’73).

El género que este año mejor sabor de boca me ha dejado es el de terror (con un 7’23 de promedio), pero esto no puede sorprender dado que sólo he leído cuatro libros del mismo, frente a los trece de cifi, con una media de satisfacción del 5’67.

Por palo de creación, el que más resultados positivos me ha brindado es (para variar) el de relato corto, donde me encuentro con un promedio de 6’37. Por el contrario, el que peor resultado me ha dado ha sido para mi sorpresa la novela corta, circunstancia sin duda debida sobre todo a causa de ese El programa final, que lastra las demás. La novela estándar no destaca, con un mediocre aprobado alto (exactamente un 5’7).

A ver si este año que ahora entra consigue que se disperse un poco más los géneros y se eleven las medias de satisfacción por lectura.

Ale, se acabó esta entrada pedantilla y sin sentido aparte del meramente masturbatorio.

Hasta luego, culebras.

AA.VV. – Conan el bucanero

Hola, ofidios.

Aunque leyendo el título de esta entradilla (y su etiqueta asociada) parecería que se trata de muchos autores o de un libro de relatos, la verdad es que ni una cosa, ni otra. El libro lo han escrito sólo dos autores, Lin Carter y L. Sprague de Camp, algo que se contradice con el nombre que aparece en la portada, el de Howard (práctica por parte de la editorial que yo consideraría engañosa para con el lector, haciéndole creer que va a leerán obra directa de Howard). Por otro lado, al aparecer el nombre del tejano, uno se espera relatos: ahí radica el segundo ‘engaño’, ya que en el interior del libro lo que nos encontramos es un trabajo novelizado de seguidores sobre sus notas. En efecto, Conan el bucanero es una novela.

Pero bueno, dejemos esos deslices de editorial no del todo seria y entremos en harina. Como todo lo que hasta ahora ha pasado por mis manos sobre el cimmerio, nos encontramos con una lectura rápida, sencilla y carente de florituras, con personajes planos (ni siquiera esbozos), pero en la que destaca una historia llena de acción, con buenos buenosos, malos malosos, bichos bichosos y acción acciosa. Literatura juvenil perfecta para evadirse.

Este Conan el bucanero de Carter y de Camp no aporta prácticamente nada al personaje, salvo rellenar un muy breve periodo de su vida. A lo sumo destacar la presencia de Toth-Amon, el que se acabará convirtiendo en la némesis por excelencia de Conan. Nos reencontramos con Juma (no tengo la novela anterior en la que aparece el kushita, pero lo recuerdo de cuando leía La espada salvaje de Conan).

A lo amantes del HPL les hará gracia ver como los autores han continuado con los guiños al de Providence, tan frecuentes entre las obras de los miembros del círculo de Lovecraft, insertando a Tsathoggua.

Un ejercicio ligero de lectura, recomendable pero sin destacar, ideal para pasar un buen rato. Sin duda una agradable manera de acabar las lecturas del año.

La próxima entrada de libros (y seguramente del blog, ya que casi se puede decir que sólo consta de reseñas), será el balance de lecturas del año, el primero que hago desde que he empezado con esta sección. Todo ello si, claro, no me acabo antes el que tengo entre manos (Y mañana serán clones, de Varley), pero vistas las fechas en las que estamos dudo mucho que tenga tiempo para ello.

Hasta luego.

James Herbert – Aullidos

Hola, culebrillas.

Tras una pequeña sesión de cifi patria tocaba regresar al terror. Como este libro de James Herbert era finito y por el nombre me sugería la idea de hombres lobo (entroncado con el más puro clasicismo) lo agarré y empecé a leerlo.

Ante todo aclarar que este Herbert no tiene nada que ver con el archifamoso autor de Dune. Una vez hecho esto contaré mi experiencia con el libro: agridulce es la palabra que mejor lo define.

El lado agrio posee los tintes de engaño, de burla por parte del editor: la contraportada de Aullidos vende a la obra como una historia de angustia, de horror. Nada más lejano: lo que en un primer momento creía iba a ser un libro de terror (y así lo pone bien claro en la contraportada) en realidad se trataba de un relato más o menos budista acerca de la encarnación y el sentido de la vida. Así, tal cual lo digo: del terror, a encontrarme con pensamiento trascendental de medio pelo. Si, vale, no están mal la aventurillas del perrito Fluke (en eso consiste la parte dulce), cómo lo pasa de mal el desgracidito, pero todo ello a nivel de telefilme (con su inevitable carga de moralina) de una tarde de domingo en Antena 3. No para leérmelo yo, que odio los telefilmes, en mis viajes al/del curro. Hasta bien pasada la mitad del libro estuve esperando ese arranque de terror. La espera resultó inútil, por supuesto.

El mayor defecto del libro lo encontramos en que se trata, a todas luces, de un relato corto ampliado: las situaciones se suceden una tras otra, pero la mitad de ellas no aporta nada importante al desenlace de la trama. A no ser, claro, que todas ellas formen parte del ‘crecimiento personal’ que ha de vivir el protagonista: de nuevo habría que recordar que nos encontramos ante un panfleto new age.

A modo de resumen, supongo que algún budista, amante de los animales, jippi o ‘gente similar’ sacarán algo interesante al libro. Yo, a lo sumo, lo considero un entretenimiento menor, y sobre todo ligero, demasiado ligero.

Ale, siguiente que éste no merece la pena.

AA.VV. – El peón del caos

Hola, culebrillas.

Hace algo más de un año cayó la anterior compilación de relatos inspirados en Elric de Melniboné, Cuentos del Lobo Blanco; ahora le toca a esta segunda entrega de los relatos basados en el multiverso de Moorcock. En esta ocasión, como de su título de deduce, la recopilación no se centra en el amigable albino, sino que se juega con los múltiples aspectos del campeón eterno: nos encontramos relatos del anodino Hawkmoon, del irracional Cornelius, del triste Corum, el amargado Ereköse y, cómo no, del cenizo y carismático Elric. Junto a ellos algunos de los autores, siguiendo el espíritu de Moorcock, han introducido nuevos actores al juego de la balanza cósmica tratando de enriquecer el multiverso. El resultado es… desigual.

Precisamente con los personajes nuevos es donde destaca la recopilación. Como auténticos representantes del mensaje de Moorcock puedo mentar los relatos ‘Hablar con hombres y ángeles’ (Roland J. Green y Frieda A. Murray) y ‘Ángel de la guerra’ (James Lovegrove): éste último, sobre todo, capta a la perfección el alma atormentada de alguien que bien podría responder al nombre de John Daker.

Dado que hablamos de la lucha eterna entre el orden y el caos, el bien y el mal, junto a las dos joyas de la recopilación hay que nombrar las dos basuras más impresentables del libro. Las podemos encontrar, para nuestra desgracia, en ‘El alma cautiva’ (Hill Crinder) y en ‘El último escritor de relatos cortos del fin del tiempo’ (Brad Linaweaver), dos ejemplos de pésima labor editorial. No me voy a abundar en ellos, dado que se me revuelven las tripas, sobre todo con ‘el alma’ (pensar que eso ha sido publicado, traducido, etc. me duele mucho).

Entre los dos extremos, rondando el fiel, nos encontramos el resto de relatos. Lamentablemente el estar próximo al equilibrio en este caso no equivale a una buena valoración. Nombraré algunos de los que merecen la pena, en mayor o menor medida:

  • ‘El cráneo de guerra de Hell’ (C. Dean Anderson), correcta fantasía de Ereköse, si bien no acaba de cuajar por su excesiva unidireccionalidad.
  • ‘El signo de la mano de plata’ (Nancy A. Collins) representa el uso del estilo de Moorcock en su faceta más entretenida. Se lee con placer, si bien resulta previsible para lo aficionados al multiverso.
  • ‘La estación festiva’ (David Ferring) encaja muy por los pelos en la recopilación, como si se hubiera apurado su desenlace para que se ajustara al tema del campeón eterno. Aun con todo se deja leer.
  • Cito a ‘La isla de las almas perdidas’ (Robert E. Vanderman) más que nada por que me hizo gracia el encontrarme el mito clásico de Caronte junto al gafe.

Quedan fuera de toda clasificación los relatos esquizoides, como es el caso de ‘Gigantes en la tierra’ (Caitlin R. Kierman) y ‘La casa a medio camino’ (Peter Crowther). Supongo que habrán hilado demasiado fino para una lectura de metro, como todas las mías, ya que no supe captar nada de lo que pretendían decir.

En resumen, una compilación con altibajos, con basuras que te marcan y con joyas que se quedan grabadas en tu recuerdo. Vamos, que si perteneces a los seguidores de Moorcok y lo encuentras en la edición de bolsillo no estaría mal que te lo compraras: disfrutarás.